Monday, February 12, 2007
Torres a muchas voces .
Omar Vázquez omar.vc@granma.cip.cu
"He trabajado pensando siempre en para quién se escribe", confesó Eduardo Torres Cuevas, en gesto de humildad y consecuencia con su obra. Estaba ganado por la emoción y no fue para menos. Todo fue hermoso en la Sala José Antonio Portuondo, de la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña, desde que se abrió el homenaje que la Feria dedica al eminente historiador, con la actuación de un grupo de niños que estudian francés, a los que el profesor abrió la Casa de Altos Estudios Fernando Ortiz, los que bajo la dirección de Maylin Mir interpretaron Mi amor, de Paul Eluard, Noel. Navidad para los niños del mundo (un hermoso canto a la paz) y otros poemas y canciones en este idioma.
Fue un hermoso preámbulo para que su colega Oscar Zanetti presentara En busca de la cubanidad (tomos 1 y 2), e Historia del pensamiento cubano (tomo 1) (Editorial de Ciencias Sociales).
Tras citar algunas de las obras de Torres Cuevas y sus aportes, como son sus estudios sobre el proceso de formación del pensamiento social nacional cubano, Zanetti destacó su interés por la jerarquización de la historiografía, a la cual ha hecho un aporte importante, con su pensamiento encaminado a enaltecer los auténticos valores patrióticos
El también ensayista Aurelio Alonso, tras resaltar que la presentación era una demostración de que las Ciencias Sociales pueden mover el interés de las masas, recordó que cuando Torres Cuevas no contaba aún con 30 años de edad, concibió la Antología del pensamiento medieval, que dio a los profesionales y al lector común una dimensión de esa etapa histórica, y calificó su ejercicio profesional como el de alguien que "sintetiza en grado sumo la condición de filósofo e historiador".
Jorge Luis Acanda particularizó acerca de la contribución del ensayista al despliegue del concepto de cubanidad. "Comprender el libro es comprender al autor", dijo al elogiar la raigalidad de la perspectiva de Torres Cuevas, al encarar nuestra identidad.
En el panel participaron también como invitados César López, personalidad a la que también se le dedica la Feria; Guillermo Rodríguez Rivera, Edelberto Leyva, Reynaldo González, Pablo Armando Fernández y Jaime Sarusky, quienes abundaron en la importancia de la obra del homenajeado y las relaciones que lo unen con él.
Torres Cuevas, finalmente, confesó que este había sido un homenaje inesperado, que se lo atribuía al hecho de ser "honesto, fiel con mi país, con una Cuba que será lo que nosotros queramos que sea"; y manifestó que él no podía ver la historia sin contar con la poesía, manifestación que conoció desde que cursaba el cuarto grado y por eso se alegraba por compartir con sus amigos poetas, como lo ha hecho siempre.
También manifestó que su obra la veía como un resultado colectivo, por lo que el homenaje lo hacía extensivo a sus compañeros. En acto de sensibilidad evocó a tres amigos ya desaparecidos: Ramón de Armas, José A. Tabares del Real y Francisco Pérez Guzmán. "Pero mi mayor satisfacción —expresó— es ver a una nueva generación de historiadores más capacitados que la mía".