Monday, July 10, 2006
Internet en Cuba: Un arma eficaz para el desarrollo cultural, científico, educacional y económico del país .
Se cumple este año el décimo aniversario del acceso de Cuba a los servicios de Internet, la red de redes del conocimiento múltiple en el llamado ciberespacio, con un positivo balance en todos los frentes de trabajo del país.
Corría 1996 cuando la doctora Rosa Elena Simeón, entonces titular del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, durante el acto de inauguración señaló el difícil camino que se iniciaba y calificó la puesta en marcha de Internet en nuestro territorio como “lucha compleja donde tendremos que aplicar toda nuestra inteligencia, creatividad y disciplina con el fin de aprovechar al máximo las oportunidades de información para ramas vitales...”
La existencia de 377 000 computadoras, con una proporción de 3,4 por cada 100 habitantes y un elevado uso benéfico, permite afirmar hoy que Cuba extiende la socialización de las Nuevas Tecnologías de la Información (TIC).
Ese promedio aumenta considera-blemente al ubicarse esos equipos en centros de estudio, culturales, industriales y de la salud, además del sistema bancario y las oficinas de correos.
Por ejemplo, el ciento por ciento de los centros de enseñanza del país usan las TIC como apoyo a los programas de clases, junto a televisores y videos, lo que beneficia a dos millones 230 658 estudiantes y a las 12 784 escuelas existentes.
Todas las casas de estudio del país emplean computadoras en el proceso docente-educativo, incluyendo 2 368 escuelas rurales con paneles solares fotovoltaicos, entre estas 93 que tienen como matrícula un solo alumno.
Al mismo tiempo, aumenta el número de personas con acceso a Internet, y los usuarios del correo electrónico —unos 900 000—, para lo cual existen salas públicas que brindan esos servicios. Solo a través de la red de la salud, INFOMED, acceden personalmente cerca de 30 000 profesionales, médicos y paramédicos. En ese mismo sector actualmente se expande la informatización y conexión en red de consultorios del médico y la enfermera de la familia, núcleo fundamental de la atención primaria de salud a la población.
¿Y que decir de la economía?
El empresario que en estos tiempos tenga solo una parte de la información, por amplia y actualizada que esta sea, dejará abierto el camino al fracaso.
Similares comentarios pudieran hacerse con relación a las premisas para valorar nuevos experimentos científicos en Cuba. Internet permite conocer rápidamente qué se ha hecho en cualquier parte del mundo en cualquier disciplina de la ciencia, quiénes y bajo cuáles presupuestos teóricos.
¿Qué evita esto en el mundo de la ciencia? Pues, por un lado perder el tiempo en repetir lo que otros han hecho y, paralelamente, acelerar el camino de las investigaciones para, finalmente, comprobar la novedad u obsolescencia de las ideas puestas sobre el tapete. No se pierden tiempo ni recursos.
¿Y del amplio mundo de conocimientos actualizados que abre Internet entre los estudiantes, cualesquiera que sean el grado y la edad?
Véase por donde se vea la amplia avenida de Internet que Cuba comenzó a transitar hace un decenio, hoy permite acelerar el paso hacia el pleno desarrollo económico, científico y cultural del país.
Sin contar con la capacidad multiplicadora que ha permitido darle a los mensajes cubanos de paz y solidaridad emitidos a diario desde entidades estatales, ministerios, organizaciones no gubernamentales y personas con acceso individual a la red de redes. Hoy, en este mundo complejo y ancho, la verdad de Cuba se encuentra en cualquier rincón, cada día, a toda hora, gracias a Internet. Los Cinco Héroes presos injustamente en cárceles de Estados Unidos, son defendidos mediante Internet dentro del territorio del Imperio al igual que en el resto del planeta.
En su décimo aniversario, Internet en Cuba señala caminos de avance en todos los campos del quehacer humano.
Historia de una red
Internet es palabra escrita en idioma inglés que significa “en la red”. Sus orígenes se remontan a un proyecto militar estadounidense que pretendía obtener una red de comunicaciones segura que se pudiese mantener aunque fallase alguno de sus puntos de apoyo. Así nació ARPA, red de información iniciada en 1960, que se propuso conectar equipos localizados en sitios dispersos, independientemente de que algunos estuvieran fuera de servicio en un momento determinado dentro de un conflicto militar. Los sistemas o protocolos que permitieron finalmente tal interconexión fueron desarrollados en 1973 por el informático Vinton Cerf y el ingeniero, también estadounidense, Robert Kahn, conocidos como Protocolo de Internet (IP) y Protocolo de Control de Transmisión (TCP).
Fuera ya del ámbito estrictamente militar, esta Internet incipiente (llamada ARPANET en su primera etapa) tuvo un gran desarrollo en Estados Unidos, conectando gran cantidad de universidades y centros de investigación. A la red se unieron centros de Europa y del resto del mundo, formando lo que se conoce como la gran telaraña mundial (World Wide Web); en 1990 ARPANET dejó de existir.
A finales de 1989, el informático británico Timothy Berners-Lee desarrolló la World Wide Web para la Organización Europea de Investigación Nuclear. Su plan era crear una red para el intercambio de información entre los investigadores que participaban en proyectos vinculados a esta organización. El objetivo se logró utilizando archivos que contenían la información en forma de textos, gráficos, sonido y videos. Este sistema de hipertextos fue el que propició el extraordinario desarrollo de Internet como medio a través del cual circula gran cantidad de información, por el que se puede navegar utilizando los llamados hipervínculos.
En estos momentos se está desarrollando lo que se conoce como Internet 2, una redefinición del sistema que tiene como objetivo principal el intercambio de datos multimedia en tiempo real; tal avance ha de venir de la mano de la mejora en las líneas de comunicación con el ancho de banda como principal aliado.
El 90% de las informaciones en Internet se genera en idioma inglés para alrededor de 300 millones de computadoras diseminadas en todo el mundo, fundamentalmente en países con alto desarrollo económico.